12 de julio de 2008

Los suicidas del andén

"Te prevengo algo, carezco de valor para olvidar."

el lado oscuro del corazón


-¿Y ahora qué?
-¿Ahora qué de que?
Palabras que no suenan, preguntas que no se hacen, que nunca tendrán respuesta, que nadie escuchará, que ya no queremos oír…
Como un ricachón la frialdad se hace con nosotros, no paga demasiado, solo nos toma. La sonrisa la lleva pintada, a saber quien se la maquilló, tal vez fuimos nosotros, con aquella invitación que mandamos, 15 céntimos de nada, y un “fin” al borde del papel.
Dos desconocidos que se conocen demasiado y no se quieren ni ver, que se asoman al balcón cuando el otro pasa, pero pasan de mirar; Pasamos de mirar, de mirarnos, de mirarme, de mirarte, por eso el silencio y los cubos de hielo entre la ropa, en los ojos, en la boca…
-La culpa fue mía.
-No, fue mía.
-No, mía…
Y ambos al unísono gritamos: Es cierto, fue tuya.
Y luego excusamos este pensamiento, porque aun quema lo poco de calor que queda, el pez gordo no es lo bastante gordo, o es que nosotros nos escurrimos con facilidad. “La culpa fue de ambos… o puede que solo mía, no suya, mía”
Silencio
-Ahora desinfectaremos la herida, como hacemos siempre.
-¿Hasta que nos cortemos otra vez?

Pero ya no se cierra, ¿Para que cortar de nuevo? Llevamos las piernas llenas de heridas, como dos suicidas cobardes que se aburren con su vida y necesitan emoción, pero no llegaremos a morir, porque nosotros no morimos; Dos fénix que renacen de las cenizas que dejan.
Volvemos a picar en cuanto tenemos fuerza, volvemos a gritarnos palabras que no suenan, que ya no queremos oír…
Por eso compramos esta casa con dos puertas, para que yo saliera por una, para que tú te marcharas por otra, para soñar con el día que no fuéramos juntos los dos…
-Hasta que ya no podamos estar el uno sin el otro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusta^^