Me chifla la idea de ser una mala
persona, bueno no mala, pero si una de esas personas a las que le da
absolutamente igual las consecuencias de sus actos, los rechazos, los
fracasos y la moral. Ayer entre copas le confesé esto a mi amiga
Clara, le dije que me moría de ganas de elegir un hombre al azar y
destrozarle la vida, ver que se siente, ver si de verdad es tan
divertido como para que ellos lo hagan constantemente. Me contestó
que suponía que solamente cuando ya te has llevado cientos de palos
te da todo igual. No sé si los hombres se han llevado cientos de
palos, no sé si me los he llevado yo pero tengo una cosa clara y es
que eso no es una justificación, soy totalmente consciente de que
ser malo porque han sido malos contigo no es un buen argumento. No,
yo quiero ser mala por el placer de ser mala, me río de los demás
porque me gusta hacerlo y si elijo a un pobre desdichado y le
destrozo la vida será por el gusto de hundir a alguien, nada de
venganzas, nada de rencores, solo porque sí.
Ayer me decidí a iniciar mi vil plan,
se que se debe hacer con cuidado, poco a poco, no me vale el primero
que me cruce, se alcanza la perfección de las cosas después de
mucha prueba y error, así que el plan era tantear el terreno
masculino y un “A ver que pasa”.
La situación es que Clara y yo
estábamos en un pub bailando. Cuando una mujer va a un pub tiene dos
opciones, esperar a que hombres le entren (hombres a los que les da
igual si eres tú u otra) o entrarle a alguno que te pueda parecer
algo especial, bueno, yo no buscaba a nadie especial ayer por la
noche, buscaba a un tipo vulgar y desesperado, desesperado no porque
Clara y yo seamos criaturas del averno, desesperado porque le da
igual pera que manzana que melocotón.
Se acercó a nosotras preguntando
“¿Por qué bailáis tan juntas?” el chico era guapete la
verdad, alto, moreno... Se notaba que invertía tiempo en el gimnasio
y que sabía que estaba bien físicamente. En ese momento Clara podría
no haberme seguido el juego, pero de alguna forma a ella debieron
cruzársele los cables igual que a mi. “Porque nos gustamos”
contesté con todo el morro del mundo arrimándola más a mi, “¿Pero
sois novias?” dijo él abriendo los ojos como platos “No lo somos
porque ella no quiere” le respondí, él se rió y como hombre
morboso de acercó más a nosotras, no me hizo mucha gracia que
decidiera cogernos por la cintura pero bueno era parte de la escena
“¿Y porque no quieres salir con ella?” le dijo a Clara , ella en
su perfecta interpretación puso los ojos en blanco y soltó un
bufido “Es que me va a hacer daño si salgo con ella, porque a ella
le gustan todos y todo y seguro que me es infiel”. El tipo se
volvió a reír y entonces se giró hacia a mi, soltó a Clara y
literalmente me agarró del culo para acercarme a él “Y si te
gustan todos ¿No te gustaría probar conmigo?” Llegados a este
punto llegué a la conclusión de que él era gilipollas ¿Enserio ella te
dice que me quiere y que eso le duele y entonces tú optas por
sugerirme sexo a mi? Me encogí de hombros y me acerqué al oído de
Clara, me reí del tío contra su oreja, le pregunté que quería que
hiciéramos, me contestó que putearle un poco más.
Y así, sin comerlo ni beberlo
estábamos en una avenida apunto de pillar un taxi con el tipo para
irnos juntos a casa de Clara, podría decir que sentía que la
situación se me escapaba de las manos, pero no sería cierto, me
sentía una mala pécora que no una zorra, no pensaba tocar al tipo
ni aunque me ofreciese dinero, no pensaba besarle y por supuesto no
pensaba llegar a subirlo a casa de ella. Sin embargo él no dejaba de
hacer intentonas de aproximación que nosotras tolerábamos hasta
cierto punto, era un baboso.
No pasaban taxis y él estaba allí
presumiendo de que ya había hecho un trió antes, de que nos lo
íbamos a pasar muy bien, de que iba a satisfacernos a ambas y un
montón de sandeces que se acumulaban en el saco, supongo que iba más
cachondo que un mono pero el tío era una prepotente. Me giré hacia
Clara, respiré hondo y de algún lugar de mis entrañas, mi parte
teatral salió a flote, “Clara yo no quiero hacer esto, yo no
quiero compartirte con nadie” Ella boqueó, ahí estábamos
mirándonos a los ojos como si de verdad fuésemos pareja o algo por
el estilo, “Pero...Yo creía que tú...” La corté “No enserio,
es que ya no puedo más con esto, yo no quiero mierdas así, yo te
quiero a ti y ya está” fue algo así, probablemente en el momento
fuese mucho más cutre pero me estoy tomando algunas licencias literarias,
entonces ella hizo algo que yo no esperaba, se echó a llorar, se
agachó y se echó a llorar. No se como no me despollé allí mismo.
El tipo se acercó hacia ella y antes de que llegase ni a tocarla le
cogí del brazo “Es mejor que nos dejes en paz, no es un buen
momento” me miró como si acabase de hacerle la putada del siglo
“¿Pero entonces lo de esta noche nada?” Puto insensible ¿Mi
novia esta llorando en el suelo y tú no dejas de pensar en sexo?
“Como comprenderás pues no” “Joder...”
Me acerco a Clara, la levanto, levanto
la mano para parar el único taxi que pasaba en un rato y una vez ya
dentro cuando el conductor arranca Clara deja de taparse la cara,
sonríe como una de las malas de alguna película y le dice al tío
adiós con la mano.
No se que conclusión sacar de todo
esto, es más no se como dejar de reír. La vida es un aburrimiento,
la gente por lo general es basura y supongo que ya ha dejado de darme
igual ser la mala de la peli.
T̶o̶d̶o̶ ̶p̶a̶r̶e̶c̶i̶d̶o̶ ̶d̶e̶ ̶e̶s̶t̶a̶ ̶e̶n̶t̶r̶a̶d̶a̶ ̶c̶o̶n̶ ̶l̶a̶ ̶r̶e̶a̶l̶i̶d̶a̶d̶ ̶e̶s̶ ̶p̶u̶r̶a̶ ̶c̶o̶i̶n̶c̶i̶d̶e̶n̶c̶i̶a̶ ̶