17 de mayo de 2010

Inacabado












La casa se encontraba en completo silencio, las camas estaban hechas, el suelo fregado... Linn encogida en medio del pasillo tatareaba una canción imposible de reconocer, ella sabía cual era pero no tenía a nadie a quien contárselo. Sumida en un mar de lágrimas apunto de ponerse a nadar sobre su propia agua, tomó la decisión de fundirse con el suelo y pasar a ser un azulejo de esos que su madre limpiaba cada tres días. Puso un tremendo empeño, cerró los ojos con fuerza esperando que así fuese más fácil que le concedieran el deseo, apretó el culo hacia abajo y cuando volvió a abrirlos, se sintió totalmente defraudada, como el niño que espera un regalo en navidad y le dan otro. La pared seguía allí, los muebles seguían allí y ella continuaba mirándolo todo desde la misma perspectiva. Lloró un rato más, desconsolada, herida... Cuando creyó que había hecho suficiente el tonto se enjugó las lágrimas y volvió a sentarse ante el ordenador. Las palabras escritas en la pantalla eran inconexas, estaba mal formulada la frase que se había decidido a escribir antes de irse. Otra vez le resbaló una lágrima por la mejilla, era torpe, quería golpearse una vez detras de otra contra la pared hasta llevarse con la frente la pintura azul, pero no podía, no estaba bien, era incorrecto; solo de pensar en el susto que se llevaría su madre al verla tendida en el suelo con el cráneo abierto le hizo cambiar de idea.

Volvió a intentarlo, borró lo que había escrito y colocó las manos sobre las teclas de nuevo, con la esperanza de que si no la habían convertido en azulejo, como mínimo le devolverían un poco de su inspiración perdida.

“Hacia frío y le castañeaban los dientes”

No le gustó.

“El sol...”

Tampoco aquello.

“-Es que nunca me dices la verdad.- gritó ella.”

Se sintió una plagiadora de palabras, una mala escritora...


No puedo seguir, no se que decir, no me gusta.



Pic: Inacabado

12 de mayo de 2010

Romeo y Julieta.




Romeo coge la tabla de cortar y con un cuchillo trocea los restos de Julieta. ¡Que terrible dolor!




Julieta era una joven despierta menos cuando estaba durmiendo, no se le daban demasiado bien las matemáticas pero eso a su madre no le importaba, porque sabía que Julieta un día podría ser artista y ya se sabe que los artistas tienen asesores financieros y no deben llevar sus cuentas, sin embargo Julieta se sentía muy mal cuando no conseguía dividir un numero con decimales y como no tenía la esperanza de ser artista si no contable, las lágrimas la abordaba amenudo.

De tanto llorar un día se le destiñeron los ojos y dejó de tenerlos marrones para llevarlos de un color amarillento, así fue como llamó la atención de Romeo, un pluriempleado, algo mayor con ella de aspecto, pero no de mente.

Todo pasó muy rápido y aunque la madre de Julieta insistía en que Romeo era un tipo raro, la chica se marchó a vivir con él cuanto antes.

La convivencia era insoportable. A Romeo le gustaba el Rock y Julieta que preparaba sus exámenes de matemáticas no conseguía concentrarse con el estruendo que producía la música de su novio. Clavó en los cables de los altavoces agujas para crear corto circuitos, pero Romeo compró unos nuevos. Julieta empezó a estudiar de noche, mientras Romeo dormía y de tanto leer a oscuras, los ojos volvieron a ser marrones, el día que se dio cuenta de esto, se preguntó si Romeo dejaría de quererla, entonces, miedosa, bajó a la óptica y compró unas lentillas amarillas.

Las lentillas le escocían horrores y le dejaban el globo ocular rojo como un pimiento, se le nublaba la vista y no conseguía repasar las lecciones.

Un día tomó la decisión de abandonar la contabilidad y a Romeo. En su primer casting de película la cogieron y con la segunda paga contrató a un asesor financiero con él que años más tarde se casó.


Antes de irse le dejó una carta a Romeo:

Mi favorita es “Baby, I'm gonna leave you”


Romeo sobre la tabla de cortar hace trocitos todos los dvd's en los que sale Julieta que lleva comprando desde que ella se fue y triunfó en el cine mientras escucha a Led Zeppelin.




Entrada nº100, mira que es rara...