Me apetece escribir, tengo una especie de pelota en el pecho que quiere deslizarse por mis dedos hasta escuchar el "clac-clac" del teclado, esta pelota lleva un tiempo instalada, a veces se me olvida que está ahí.
Últimamente cuando he intentado escribir no ha salido nada, hace bastante que me hice plenamente consciente de que para mi escribir no es un placer o una afición, para mi hacerlo es una necesidad. Es mentira que en este tiempo de silencio no haya escrito, he escrito mucho, pero nada que pudiese ser colgado aquí. He escrito cartas que he mandado, otras que nunca serán vistas por las personas para las que fueron escritas y algunos otros textos que puede que algún día salgan a la luz.
Que no haya podido escribir nada para publicar, me ha hecho pensar mucho sobre por qué escribo, o mejor sobre por qué escribo lo que escribo. Los textos que consigo cuando estoy enfadada o dolida son sin duda mucho más interesantes y divertidos, sin embargo cuando mi vida va bien, no solo no sé que decir, si no que además cuando lo intento salen cosas bastante flojas de las que no me siento orgullosa.
De alguna forma debería estar contenta porque significa que ahora todo va bien, pero incluso cuando todo va bien yo tengo que buscarle la pega al asunto. Echo de menos mis palabras, mi inspiración, la constancia de tener algo que decir, ser frases durante un rato...
Aun así haré caso a algo que me dijeron no hace mucho "Vive felizmente mientras puedas, y cuando todo se hunda piensa que siempre podrás escribir sobre ello"
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