12 de febrero de 2013

Yo y los hombres: Ellos no siempre tienen la culpa.

-¿Y qué pasó? 
-Pasó la vida.  


Después de que el chico que no quería hacerme daño leyese la entrada y ofendido pusiera un punto y final a la historia, lo mejor que pudo pasarme fue tropezar con "My Blueberry Nights". Llevo unos dias debatiéndome entre colgar esta entrada aquí o en el otro blog, pero al final, dado que voy a reflexionar al respecto con asuntos personales, he optado por este. 
My Blueberry Nights es una película protagonizada por Nora Jones, Jude Law, Natalie Portman y Rachel Weisz entre otros, me sorprendió no haberla visto antes, pero lo cierto es que llegó en el momento adecuado.

El amor infiel, el amor perdido, el amor destructivo, el amor paternal, el amor que viene, el amor que se va... Es una película de amor y desamor, que te hace ver como las cosas igual que empiezan se acaban y que para avanzar lo único que se requiere es tiempo. Siempre me ha costado acabar las cosas, es irónico porque la responsabilidad es la misma al inicio que al final, pero parece que el inicio llega solo y que el final es una decisión, yo siempre suelo huir por la puerta de atrás, no me gusta despedirme. Soy algo cobarde, prefiero propiciar la situación para que la otra persona se marche y así vivir en la perpetua contradicción de ser la mala y la buena a la vez. No se dejarme querer y tampoco se quererme.

Cuando entro en una situación que no me gusta pienso cosas peores por las que ya he pasado y superado, no me doy cuenta que así no soluciono realmente el problema, si no que vuelvo hacia atrás, mi vida el 50% de las veces no avanza porque aun estoy atrapada en historias pasadas de las que creí haber huido pero que siguen haciéndome daño.  No se olvidar, y perdono, pero nunca me perdono a mi misma. No tengo ni idea en que punto de mi vida "el fallar" dejó de parecerme una opción, tampoco sé cuando me compré el látigo y empecé a fustigarme cuando algo me salía mal, ni cuando comencé a preferir a los que me trataban mal antes que a los que me trataban bien.

En realidad tiene lógica que las mujeres elijamos a los "malotes", aunque nos hieran nunca seremos las malas y si por el contrario sale bien, podemos llenarnos de orgullo y satisfacción porque hemos logrado que un hombre cambie por nosotras, que por algún motivo es una necesidad que viene en la mujer de forma genética. 

No estoy dispuesta a cambiar, es más, cuando cambio por alguien nos condeno a los dos a una larga temporada de enfado y rabia, mi subconsciente se rebota. Es injusto que yo espere que otro sí cambie por mi, que me quiera más de lo que pueda quererme, que desee pasar más tiempo junto a mi o que deje de hacer cosas que hasta ahora siempre hacía... Y sobre todo es ilógico que diga que quiero a alguien que espero que sea de otra manera, no, no le quiero, quiero a la persona que me gustaría que fuese, pero esa persona no está ahí. 

No sirve de nada andar por andar, no hace falta correr para permanecer en el mismo sitio, a veces al caer no hay que levantarse, hay que quedarse sentado, jugando con las piedras del camino mientras eliges cual será el próximo destino. Una vez sabes lo que quieres y hasta donde te apetece llegar, te levantas poco a poco y te sacudes el polvo, pones un pie delante del otro y sigues con tu vida. Lo que venga ya vendrá, pero al menos no estarás perdido como un pulpo en un garaje.




"Adios" no significa siempre el final,
 a veces significa un nuevo comienzo.

1 comentario:

con lluvia y con sol SHOP dijo...

No sé porque hay quien todo lo tiene fácil con el genero opuesto y otras, tan complicado.
A mi me decían que era muy exigente... y yo me preguntaba ¿y quien no? ¿existe alguien que no lo sea? ¿que se "conforme"?
Pues debe ser que sí... pero yo nunca esperaba más de lo que estaba dispuesta a dar... el caso es toparse con el adecuado para dárselo todo... y detectar a quien no hay que darle ni os buenos días. ¡dificil! ¡a primera vista parecen todos iguales!