8 de junio de 2008

Claudia miente

-Tu sabes que te quiero… sabes que… simplemente lo sabes, sabes lo que pienso ¿No? Y lo que se me escapa de la boca pero que en realidad no digo.
-¿Y ahora? ¿Qué intentas decirme Claudia?
Se le empañan los ojos al encontrarse con los de él.
-Ahora necesito que lo adivines, necesito que me leas la mente para no tener que decírtelo…
Él aprieta las mandíbulas y Claudia se traga las lágrimas.
-¡No soy adivino! ¿Es que no lo entiendes?
Un escalofrío, otro y otro más, como si alguien la mordiera en el cuello y derrepente los escalofríos son dolor. ¿Y si le pierde? ¿Y si se va para siempre? ¿Y si simplemente nunca viene?
-Verás…
-¿Hay otro?- Él lo dice con rabia, también con resignación, dolor…
Si, hay otro” Piensa ella “Léeme la mente” Suplica “Léeme la mente”
-Si hay otro me apartaré de tu camino, desapareceré. – Habla él ante el silencio de Claudia
No, no te vayas, no te vayas por favor, te necesito aquí conmigo” Se vuelve a tragar las lágrimas.
-No, no es eso, no hay otro.- miente.
-¿Entonces?
Prefiero que tú te quedes… dejaré de sentir lo que siento por ese otro si a cambio consigo que tu permanezcas a mi lado
-Nada, no me pasa nada.- Se endereza.
-Mientes.
-Ya, pero tu no puedes leer mi mente…
Claudia

1 comentario:

El guardian del Faro dijo...

Hola, me alegré mucho de conocerte personalmente. Como ya sabrás, al dia siguiente conocí a tu madre que me pareció muy maja.
Te dije en serio lo de venir a casa si te apetece. Creo que a Ali le haría ilusión.
En cuanto a tu historia, creo que debo haberme perdido bastante. ¿Hace mucho que la empezaste? Me gustaría completarla.

Suerte con los exámenes.

Besos.