-“Sigue aullando para que encuentre el camino, porque cuando te detengas la noche caerá en el bosque, y yo, princesa de la imperfección, me perderé del todo y no volveré a encontrar el camino hasta a ti.”-recitaba ella cada noche
-Te quiero princesa..., y si te sientes perdida aullare hasta que vomite sangre...- La consolaba él desde el suelo
Pero el lobo se agotó cuando llegó el invierno y se dejó caer sobre la blanca estepa, jadeante…
Y la princesa después de derramar cien lágrimas se consumió. Las lágrimas se evaporaron flotaron y precipitaron en un mundo muy lejano. Después de muchos años la princesa pisó el suelo sin zapatos y notó la humedad bajo sus pies, se vio rodeada de gente y cobijaba bajo los brazos de un príncipe azul.
Pero un solo ser eran el lobo y la princesa, porque sin lobo la princesa muere de soledad y sin princesa el lobo se vuelve oscuro, no pasó mucho tiempo hasta que se encontraron de nuevo, pero ahora que no les separaba la altura lo hacía el dolor, el miedo, el pasado… un rio de aguas turbias.
-Te amo…
-Pero ya es tarde, ya tengo un príncipe.
-Sabes que sin mi no puedes vivir, igual que yo no puedo hacerlo sin ti…
Y después de muchos reyes, príncipes, sapos, culebras, magos, y hadas, el lobo y la princesa no dejan de hacerse daño el uno al otro, porque juntos se hieren, pero separados mueren.
"Porque los cuentos del lobo y la princesa pueden ser relatados de mil formas y nunca tendrán fin..."
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