28 de febrero de 2013

Estupideces del amor.

No pensaba hablar de esto, pensaba hacer una entrada relacionando a la gente con los zapatos, pero ayer sucedió algo que me encendió la luz y que no puedo callarme. 

Iba yo en el autobús con una compañera de clase, cuando dijo algo que me dejó a cuadros, no es que hablase de política, ni de el sistema económico capitalista, no es que hiciese referencia a la pena de muerte o al genocidio nazi, no, ella dijo: ¿Sabias que el hermano de X es piscis como yo? Con un tono de voz que bien podría usar el presidente del gobierno para decirnos que ha encontrado la solución a la crisis. 

Resulta que X es el chico con el que tiene algo y por algún motivo de persona enamorada, tenía todo el sentido del mundo contarme a mi que el hermano de este chaval es piscis, como ella. No entendí nada, es decir, no entendí porque tenía la necesidad de contarme algo así, por eso me puse a darle vueltas al asunto, en silencio claro, porque ella seguía hablando sobre él, sobre que le cuesta leer su tono de voz, que no sabe si siempre va de broma, que si no se que canción le recuerda a él, que si... (Revelando esa imperante necesidad de intentar buscar conexiones entre los dos.)

Pues bien, resulta que cuando nos enamoramos se dan lugar  ciertos procesos químicos en nuestra cabeza, como la segregación de dopamina (Y no hablaré mas sobre química para no pillarme los dedos), el caso es que este proceso hace que el enfermo, la persona enamorada, perciba la realidad y el objeto de su amor de una forma completamente distorsionada. Idealiza a la otra persona y durante las 24 horas del día piensa en ella y como piensa en ella pues habla de ella y como habla de ella inevitablemente acaba diciendo cosas rematadamente estúpidas que no vienen a cuento, pero mi amiga no tiene la culpa, ningún enamorado la tiene, es esta sensación de felicidad que la embarga la culpable de que diga cosas como esas.

Un poco contrariada con el tema me puse a hacer memoria, sobre si yo también había dicho flores de este calibre, fue terrible descubrir que efectivamente había caído en la enfermedad, no una vez, ni dos, ni tres, había hablado y hablado sobre tipos que hacían cosas que realmente no le importaban un pimiento a la gente de mi alrededor. Me gustaría disculparme por esto, pero no lo haré, yo no controlo cuando mi cerebro decide que me convierta en un pato mareao.

"¿Sabias qué si fulanito y yo juntamos las manos su mano es más grande?"
"Pues el otro día Pepito salió de casa y se olvidó coger la merienda, ¡Que cabeza eh!"

"Menganito pone una cara supermona justo antes de estornudar" 

y mi favorita: 

"Si yo hubiese ido a nosquelugar nosequedía a nosequehora puede que hubiese conocido a Zutanito antes ¿Qué coincidencia no? Porque yo estuve apunto de ir, pero no fui porque blablabla y aun así al final nos hemos conocido, estábamos predestinados." 



23 de febrero de 2013

Yo y él.

No siempre me trata bien, es huraño y ácido, no tiene miedo a hacerme daño a veces y suele huir cuando algo no le gusta, se enfada a menudo y no siempre tiene ganas de hablar, me esconde, me hace sentir pequeña, como una canica en su bolsillo. Me exaspera, trae con él una tormenta de ideas, me altera más que me calma, pero cuando lo hace todo es silencio, el mundo se esfuma, desaparece y los problemas parecen menos problemas y tengo ganas de sonreír, sonreír de verdad. La complicación surge cuando él se vuelve un dilema, cuando duele, cuando entra en esa capa hermética a la que yo no estoy invitada. 

La mayor parte del tiempo me muero de ganas por gritarle, no algo en especial, solo gritarle o pegarle con un almohadón en la cara ¡Idiota, más que idiota!¿¡Quieres abrazarme de una vez!? Pero ni yo le grito ni él me abraza y todo sigue estático, tampoco puede ser de otra forma, no lo ha podido ser nunca. 

Me gusta verle sonreír, sobre todo si la culpa es mía, me encanta oírle reír y adoro como me mira, daría un año de buen tiempo por enterrar la nariz en su cuello, aspirar con fuerza y ponerle pausa a la vida, al menos hasta que su olor se quedase bien grabado en mi cabeza. Quiero acariciarle, aprenderme cada centímetro de su cuerpo de memoria, quiero besarle, morderle, arañarle, lo quiero a mi lado, encima y debajo, lo quiero cerca muriéndose de risa y lleno de rabia. 

Quererle es como querer a un personaje de libro, delicioso pero imposible. Quererle a él es caminar sobre seguro, aunque escueza ni siquiera es un riesgo, es andar por la parte de la piscina que no cubre, no hay sorpresas, no reales, sabes que va a pasar y sabes que tiene fecha de caducidad por razones obvias, sabes que llegado el momento ninguno de los dos peleará por el otro, cada uno se queda en las páginas de su historia. Quererle es como aguantar la respiración en los momentos feos y llenarte los pulmones en los bonitos. Es vida.

Le busco en todas partes, en las palabras de otros, en cuerpos parecidos, en prendas de ropa, en sonrisas ajenas, en voces, en labios... Le encuentro en todas partes, en las noticias, en fotos, en canciones, en momentos del día que me hacen desear correr hasta él para contarle lo que acaba de pasar... Ahora todos se llaman como él, aunque ninguno lo hace realmente, será el mismo nombre pero cuando lo digo no suena igual, no retumba, no hay escalofríos.

Él es mis ganas de crear, mis noches de no dormir, mis silencios raros y mi tema recurrente. Mi mayor engaño, el siguiente paso tras la novela romántica y las películas de amor, todo lo que quiero que no me atrevo a  tener.

Mi nunca jamás.


19 de febrero de 2013

Yo y los hombres: Que están de broma.

¡Oh por Dios! Se un hombre y asume lo que has dicho.

Todos sabemos en que siglo vivimos y para los que no tengan ni idea yo os iluminaré, estamos en el siglo XD, el xD tiene un poder mágico que nos libra a todos de momentos incómodos, podemos decir lo que se nos ocurra que esas dos letras mágicas nos libran de la culpa, por ejemplo no es lo mismo decir "Eres una puta" que decir "Eres una puta xD" o "Voy a matarte" que "Voy a matarte xDDD" a más D's más te libras de la culpa, pero lo cierto es que esta no es una expresión nueva que no solo empobrece nuestro vocabulario si no que confunde al personal, esto viene de tiempos remotos, es el paralelo de "Era broma" tan popular entre el género masculino. 

Esta semana me he tragado tantos "Era broma" que me han causado indigestión.

El "Estaba de broma" de un hombre, es la retirada menos digna que puede elegir, estudios científicos recientes demuestran que es la frase a la que recurren cuando ven que la jugada no les ha salido bien y deben huir de alguna forma. "¡Oh cielos! Le acabo de decir de serle infiel a mi novia con ella y me ha rechazado porque dice que los tíos así le dan asco ¿Qué hago? Uhmm - Era broma jeje- Uff ya está arreglado, de la que me he librado." Porque claro, sí la cuelo la cuelo, y si no, pues siempre tendré la opción de perder un trocito de mi dignidad. 

-Creo que me gustas. 
-¿Cómo? O.o 
-Nah que era broma, que era para ver como te lo tomabas.

¡¡MECK!! Error.

No hay nada menos atractivo que un hombre que hace el ridículo de esa forma, es cierto que a todos nos jode tener que recoger nuestras meteduras de pata y cargar con ellas, pero el "Era broma" no es una forma de quedar mejor, no puedes llamar gorda a una mujer y luego decirle que no lo decías enserio, no puedes ser rechazado y para salirte por la tangente recurriendo a la triste idea de que tienes un humor que la otra persona no ha comprendido, no era broma, eres tú que te has visto hundido y te ha jodido. 

Con esto no quiero decir que no se use el "Era Broma" nunca, cuando es broma es broma, pero  cuando  os pillamos en ese "¡Mierda la he cagado voy a decirle que era broma!" de verdad, de verdad que sí, soy los responsables de un gran FacePalm.


15 de febrero de 2013

Especial San Valentín: Como he sobrevivido.

Muestra de mi odio.
Hará aproximadamente un año conocí al amor de mi vida, era una CPU negra con el botón de encendido en azul, preciosa, llegó defectuosa, la tapa que se cerraba mal, pero esto es como cuando le preguntan a alguien eso de: ¿Que pasaría si tuvieses un hijo enfermo?  y contesta la gente: Lo querría igual, incluso más. Pues yo la quise mucho más y guardé las piezas rotas para pegarlas algún día, claro que dudo que haga. 

El amor de mi vida lleva desde hacía una semana ayudándome a afrontar el día de los enamorados. Comparto con San Valentín una profunda relación de amor/odio. Amo el amor, es lo que mueve mi mundo, lo que le da sentido a todo, es un tema que me preocupa, si no no escribiría toda esa basura que escribo y que vosotros leéis, me encantan las novelas de amor, las películas de amor, las canciones de amor, las fotografias de parejas, y las moñadas que envuelven todo el asunto, pero odiaba, odio, el hecho de no tener a alguien a quien dar y de quien recibir amor el día de San Valentín. No me importa que la gente crea que es un día comercial, no me importa que lo sea, lo que me importaba es que este año yo no iba a poder decidir si celebrarlo o no, dado que el día de los enamorados me había excluido por no estar enamorada ¡Pero es que yo estoy enamorada del amor! (Y de mi Pc).

Para superar el día de San Valentín, escuché  muchas canciones deprimentes, me puse  topicazos como "Pretty Woman" y preparé frases para odiar al amor.

Ayer por la noche sufrí un bajón, pero nada que un gelocatil no solucionase. 

Esta mañana, al despertar, le he mandado todo mi desprecio a Cupido, he corrido hasta twitter y lo he llenado de frases destructivas, de bilis, de enfado y de resignación, luego me he ido a la ducha y el amor enfadado ha hecho que se me apagara el calentador con el pelo por enjuagar, pero he sido más fuerte que el amor y he superado los contratiempos que me ponía. Como venganza, he vuelto a hablar muy mal de él, le he sacado la lengua y he continuado con mi vida. 

El amor de nuevo a intentado hacerme daño, cuando a media mañana un tipo con pareja me ha propuesto tener sexo para que no me sintiera tan sola, he odiado al amor por ello, y he despreciado al tipejo por sinvergüenza. Aun sin rendirse el amor me ha mandado a otro Don Juan, que mientras me decía de quedar a mi se lo decía a otra conocida, a este también lo he mandado a paseo, porque el amor puede ser un niñato consentido, pero yo se que en el fondo esconde mucho más, ya se le pasaría la rabieta. 

Y se le ha pasado. 

Mi día de San Valentín ha sido un día de amor moderado, mediante él y yo nos calmábamos todo empezaba a fluir, y mientras caminaba por la calle para reunirme con un amigo con el que pasar las horas que quedaban de este día de disputa con el niño del arco y los pañales, me ha llegado mi sms pactado. Sí señores, pacté un sms de amor, y aunque todo estaba preparado, incluso mi dulce respuesta, me ha sacado una sonrisa. El resto de tarde la he pasado hablando de desamor, escrotos con forma de corazón e hijos, entre comida china y libros de autoayuda.

He vuelto a casa queriéndome mucho, he vuelto a casa perdonando al amor, porque aunque el amor se enfada a veces y yo me enfado con el amor, al final resulta que ambos nos queremos, solo que no siempre queremos encontrarnos en los mismos sitios.

Pero al volver a casa... 
Siempre está ella para mi... 
Tu y yo CPU.


12 de febrero de 2013

Yo y los hombres: Ellos no siempre tienen la culpa.

-¿Y qué pasó? 
-Pasó la vida.  


Después de que el chico que no quería hacerme daño leyese la entrada y ofendido pusiera un punto y final a la historia, lo mejor que pudo pasarme fue tropezar con "My Blueberry Nights". Llevo unos dias debatiéndome entre colgar esta entrada aquí o en el otro blog, pero al final, dado que voy a reflexionar al respecto con asuntos personales, he optado por este. 
My Blueberry Nights es una película protagonizada por Nora Jones, Jude Law, Natalie Portman y Rachel Weisz entre otros, me sorprendió no haberla visto antes, pero lo cierto es que llegó en el momento adecuado.

El amor infiel, el amor perdido, el amor destructivo, el amor paternal, el amor que viene, el amor que se va... Es una película de amor y desamor, que te hace ver como las cosas igual que empiezan se acaban y que para avanzar lo único que se requiere es tiempo. Siempre me ha costado acabar las cosas, es irónico porque la responsabilidad es la misma al inicio que al final, pero parece que el inicio llega solo y que el final es una decisión, yo siempre suelo huir por la puerta de atrás, no me gusta despedirme. Soy algo cobarde, prefiero propiciar la situación para que la otra persona se marche y así vivir en la perpetua contradicción de ser la mala y la buena a la vez. No se dejarme querer y tampoco se quererme.

Cuando entro en una situación que no me gusta pienso cosas peores por las que ya he pasado y superado, no me doy cuenta que así no soluciono realmente el problema, si no que vuelvo hacia atrás, mi vida el 50% de las veces no avanza porque aun estoy atrapada en historias pasadas de las que creí haber huido pero que siguen haciéndome daño.  No se olvidar, y perdono, pero nunca me perdono a mi misma. No tengo ni idea en que punto de mi vida "el fallar" dejó de parecerme una opción, tampoco sé cuando me compré el látigo y empecé a fustigarme cuando algo me salía mal, ni cuando comencé a preferir a los que me trataban mal antes que a los que me trataban bien.

En realidad tiene lógica que las mujeres elijamos a los "malotes", aunque nos hieran nunca seremos las malas y si por el contrario sale bien, podemos llenarnos de orgullo y satisfacción porque hemos logrado que un hombre cambie por nosotras, que por algún motivo es una necesidad que viene en la mujer de forma genética. 

No estoy dispuesta a cambiar, es más, cuando cambio por alguien nos condeno a los dos a una larga temporada de enfado y rabia, mi subconsciente se rebota. Es injusto que yo espere que otro sí cambie por mi, que me quiera más de lo que pueda quererme, que desee pasar más tiempo junto a mi o que deje de hacer cosas que hasta ahora siempre hacía... Y sobre todo es ilógico que diga que quiero a alguien que espero que sea de otra manera, no, no le quiero, quiero a la persona que me gustaría que fuese, pero esa persona no está ahí. 

No sirve de nada andar por andar, no hace falta correr para permanecer en el mismo sitio, a veces al caer no hay que levantarse, hay que quedarse sentado, jugando con las piedras del camino mientras eliges cual será el próximo destino. Una vez sabes lo que quieres y hasta donde te apetece llegar, te levantas poco a poco y te sacudes el polvo, pones un pie delante del otro y sigues con tu vida. Lo que venga ya vendrá, pero al menos no estarás perdido como un pulpo en un garaje.




"Adios" no significa siempre el final,
 a veces significa un nuevo comienzo.

6 de febrero de 2013

Yo y los hombres: Que no quieren hacerte daño.

Los hombres que no quieren hacerte daño son una subespecie nacida de las profundidades del ego, tienen como madre a la prepotencia y como padre un retraso, la verdad es que a menudo uso la expresión retraso y creo que nacer con uno debe ser terriblemente duro, mi conflicto no es con quien nace con una discapacidad, si no con los que activamente deciden esforzarse por perfeccionarla. A lo que iba, estos seres engreídos se alimentan de vanidad y vomitan mentiras, porque no te engañes, sí quieren hacerte daño, pero no siempre lo saben.

Lo cierto es que estas criaturas de aspecto suculento han forjado su caracter día a día y su propio caracter les ha forjado a ellos, me explico, los hombres que te dicen sin pelos en la lengua que "No quieren hacerte daño" poseen todo su atractivo en esa misma actitud ¿Por qué? Porque si no eres un poco espabilada y al oír eso piensas "Este tío es un flipado" el ser en cuestión te acaba de enganchar ¿Cómo? Sencillo, acaba de dar a entender que tú pretendes entablar algún tipo de relación con él pero las circunstancias o su falta de ganas te lo impiden y como no va a ser posible, pues la criatura deduce que te va a hacer daño, pero es toda una estrategia porque puede que tú ni te hayas planteado eso, puede que para ti solo fuese una relación agradable, puede que hasta te atrajese un poquito, pero con esto te acaba de atrapar en su red porque aunque tú no hubieses tomado como posibilidad quererle, él acaba de decirte que aunque le quisieras no sería posible y te dañaría, una persona inteligente sabría que es el momento de contestar "Venga, hasta luego" el problema es que por muy inteligente que seas es común que sufras defectos como el orgullo, la cabezonería, la baja autoestima o el exceso de ella, que es en realidad lo mismo que padecer autoestima baja pero con reacciones y pensamientos distintos como "¿Sí soy tan fantástica y maravillosa porque no me quiere? Conseguiré que me quiera y cuando lo haya logrado le daré la patada", bien, pues acabas de ser victima del hombre que no quiere hacerte daño y que con esa frase ha logrado dañarte. 

¿Qué irónico todo no? La de daño que puede hacer la frase "No quiero hacerte daño", pues asúmelo, él no piensa mucho en ti, él piensa mucho en si mismo. Su ego y tú no cabéis en una misma habitación ni aunque un japonés con guantes blancos empuje desde la puerta hacia dentro, sin embargo el hombre que no quiere hacerte daño te hará creer que sí, porque a pesar de su incapacidad de querer a alguien que no sea él, ya sea por vanidad o por miedo, le encanta jugar a que sí que le quieren y a fingir que quiere, dirá ser muy amigo de sus amigos, ayudará a todo el mundo, mostrará una actitud de persona modelo y tú que día a día le quieres más, serás tratada cada día con menos amor, no será tu amigo, no te ayudará cuando tengas un problema y sobre todo no será ante ti una persona modelo, ni un novio modelo, no será nada, será simpático cuando quiera, misterioso cuando le interese y dañino la mayor parte de tiempo, porque claro, él no quiere hacerte daño. 



Lo peor es que si uno de los hombres de esta categoría leyera algo así, entendería cualquier tontería procesada por su cerebro egocentrista y correría hasta ti para decirte algo como: Mejor dejar de hablar, porque no quiero herirte. Felicidades si has llegado a este punto sin comprender absolutamente nada.


PD: Como nota aclaratoria, quiero decir que hay mujeres que no quieren hacer daño de la misma manera, siempre hay alguien de que se queja de que me meto con los hombres, no, lo que pasa es que soy mujer y me resulta mucho más sencillo escribir así, pero se perfectamente que ser dañino no va implícito en el género si no en el factor "Ser dañino".